
Orientación con la brújula
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Orientación con la brújula
Ya hemos visto que el Mapa Topográfico es una herramienta valiosa para la orientación con buena visibilidad en un entorno favorable donde podemos tener referencias visuales que nos permitan conocer nuestra posición y definir de manera satisfactoria el camino a seguir para realizar nuestra actividad.
Si tenemos problemas de visibilidad, el mapa por sí solo quedará anulado como herramienta para orientarnos, en esos términos aparece la brújula como recurso valido.
Sin combinarla con el mapa, su aplicación más habitual tiene lugar ante situaciones de escasa o nula visibilidad, donde los puntos referencia han quedado ocultos, o simplemente no existen.
La Brújula

Para la práctica de senderismo la brújula con placa de base plana es la más utilizada.
Dicha placa suele incluir, aparte de la brújula propiamente dicha, flecha de dirección, bordes rectos y graduados para mediciones sobre el mapa, y una pequeña lupa.
Otras versiones tienen parte de la placa substituida por un espejo abatible con punto de mira, cuya misión es identificar puntos de referencia en la realidad para seguir un rumbo previamente trazado sobre el mapa.
📝Recuerda que la brújula, al actuar como un imán, se ve afectado por otros campos magneticos de elementos metálicos. (navajas, hebillas de cinturón, etc.)
Rumbo, definir y mantenerlo
El uso de la brújula como única ayuda no nos proporciona datos precisos, pero sí de una aproximación a nuestro destino.
EL grado de éxito dependerá de si tenemos certeza de dónde nos encontramos al empezar a hacer uso de la brújula.
Es una buena práctica, antes que anochezca o nos envuelva la niebla, fijar el rumbo de tu brújula hacia el punto done se quiere ir. Anotamos el rumbo en grados que nos da el limbo.
Una vez perdamos la visibilidad deberemos seguir coincidiendo la flecha de orientación y la aguja roja.
📝Esto nos va a dar unos resultados más o menos precisos dependiendo de la posibilidad de mantener el rumbo lo más fielmente posible salvando los elementos naturales que nos dificulten nuestro paso.
Establecer un rumbo

📝Debemos mantener la brújula horizontal (nivelada al suelo) y de forma que veamos sus elementos desde arriba.
Para establecer el rumbo, seguimos estos pasos:
- Sitúate con el punto de referencia frente a ti, pon la brújula de forma nivelada y horizontal al suelo.
- Apunta con la flecha de dirección superior de la placa base hacia el punto de referencia donde quieres ir.
- Gira el limbo (sin mover la brújula) hasta que la punta indicadora de la aguja magnética se situe con la flecha indicadora del Norte del limbo.
- Lee y apunta el rumbo marcado (flecha direccion de la placa base) que expresa en grados de ángulo.
Mantener el rumbo
Mantener el rumbo mientas vamos caminando puede ser muy complicado en terrenos desfavorables, e incluso cuando perdemos la referencia visual.

Ante la duda, puedes verificar si estamos manteniendo el rumbo correcto dandonos la vuelta y apuntando la flecha de dirección del aplaca base hacia el punto de donde veníamos (SIN MOVER EL LIMBO), en este momento debes verificar que la aguja parte indicadora de la aguja imantada (la que no tiene color rojo), apunta a la referencia de donde venimos.
Ahora ya podemos seguir siguiendo lo más fielmente el rumbo que traemos registrado desde el principio.
📝Recordemos que esta técnica es aproximada, en el próximo artículo aprenderemos a elaborar un rumbo preciso y verificar nuestra posición de forma exacta en el mapa topográfico.
Cálculo del rumbo inverso
Del mismo modo que debemos saber como dirigirnos a nuestro destino, también debemos saber regresar al punto de donde iniciamos nuestra actividad.
Para ello debemos aprender a calcular el rumbo inverso.
El ejercicio es el siguiente:
Salimos del punto A para dirigirnos al B continando al punto C y D, para finalizar volviendo al punto A

Vamos a desarrollarlo:
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Salimos de el punto A con visibilidad, llegamos al punto B donde debemos girar al C, pero antes de hacerlo tomamos el rumbo a D comprobando que corresponde con el contrario de B-A
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Si es así, calculamos el rumbo inverso al de A-B-D y anotamos en un papel. Para ello, si el rumbo A-B-D es menor que 180, sumamos esta cantidad y obtenemos el rumbo inverso (60+180=240). Si fuera mayor que 180, restariamos esta cantidad
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Seguimos hacia C y al llegar tomamos nota del rumbo hacia D, anotamos antes el rumbo de C-D por si acaso
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Si por el camino a D te quedas “a oscuras” debes seguir el rumbo que tomaste antes para ir de C-D
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Hemos llegado a D y nos toca volver a B-A, nos toca tirar de anotaciones y sacar el rumbo inverso que sacamos en el punto B, nuestra primera meta es llegar al punto B para ya terminar en A
Este ejercicio nos sirve para ir acostumbrandonos a manejar la brújula y los rumbos.
En el próximo artículo vamos a unir el uso del mapa topografico y la brújula, los rumbos, identificar donde nos encontramos y hacia donde queremos llegar.